sábado, 25 de junio de 2011

Mario Sabato: “En esta casa fuimos felices, albergó alegrías y creación”

La célebre casa de Santos Lugares será un museo manejado por la familia

Si como decía Adolfo Bioy Casares lo malo con la gente cuando muere es que dejamos de verlos para siempre, ayer la presencia de Ernesto Sabato contradijo los pronósticos de ausencia. Durante el acto realizado a las puertas de la casa del escritor fallecido el 30 de abril, se anunció el inicio de la restauración de la futura Casa Museo Ernesto Sabato, que será inaugurada oficialmente el 1º de junio del año que viene.
“En esta casa hemos sido felices. Aquí jugábamos con mi hermano cuando éramos chicos y mi padre se trasladó a escribir a la parte de atrás. Esta casa albergó alegrías y creación, a escritores, pintores y músicos. Dice Miguel Angel Estrella que esta Casa debería llamarse Ernesto y Matilde Sabato”, dijo ayer un conmovido Mario Sabato.
Hubo amigos reconocibles y ausentes con aviso. Carlos Gorostiza, que integra el Comité de Honor de la Asociación Amigos de la Casa de Ernesto Sabato, se perdió en el camino hacia Santos Lugares, y Gladys, la fiel ama de llaves de Ernesto y Matilde Kuminsky, viajó a San Juan a estar con su hija. Aún no supera la muerte del escritor.
El Comité de Honor de la Asociación de Amigos de la Casa Museo está integrado por Graciela Fernández Meijide, Ricardo Gil Lavedra, Carlos Gorostiza, Manuel Antín, Estela Carlotto, Jorge Casaretto, Justo Laguna, Julia Constenla (biógrafa de Sabato que anoche presentó la edición definitiva en el Colegio Nacional Buenos Aires), Alejandro Dolina, Miguel Angel Estrella, Eduardo Falú, Magdalena Ruiz Guiñazú, Sergio Renán y José Martínez Suárez.
En diálogo con Clarín , Julia Constenla recordó a Sabato: “Ernesto dejó de escribir cuando supo que ya no podía ir más a fondo para descubrir las grandes verdades. Fue de la ciencia a la literatura y a la pintura. ¿Por qué hay que leer a Sabato? Porque ayuda a pensar, abre ventanas. El pensó mucho antes los temas sobre los que otros pensaron después”.
Emocionado por la cantidad de gente que, desafiando el frío, estuvo en el acto en la calle, Mario Sabato hizo subir al improvisado escenario –con una gigantografía del autor detrás– a todos los nietos. Y con ese gesto puso de relieve que los Sabato son un puño unido en pos de un sueño: la Casa Museo Ernesto Sabato, que será inaugurada el 1ª de junio de 2012.
La Casa mantendrá su actual fisonomía, tal y como la dejó Sabato al morir. Entre el gobierno bonaerense y el de Tres de Febrero aportarán medio millón de pesos para la restauración.
Una vez inaugurada habrá visitas guiadas que serán coordinadas por dos nietas del autor, Luciana y Marina, hijas de Mario y de su hermano fallecido Jorge, respectivamente. La intención de esas visitas a cargo de la propia familia Sabato es hacer del lugar un espacio vivo, donde la gente pueda sentir la presencia del escritor a través de los relatos de personas muy allegadas.
Ayer, entre los que acudieron a la cita estuvieron, entre otros, Magdalena Ruiz Guiñazú, Ricardo Gil Lavedra, Fabían Matus (hijo de Mercedes Sosa), Julia Constenla, Clara Zappetini, José Martínez Suárez, vecinos y jóvenes del barrio, además de la familia Sabato a pleno. Por primera vez en décadas no hubo pastelitos ni chocolate en Santos Lugares. Pero sí hubo música y muchos recuerdos.


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